Homer Simpson volvía a encontrar a su madre perdida por enésima vez.
Gabilondo seguía utilizando el informativo como arma arrojadiza partidista.
En el canal de los italianos aún no habían dejado de intercambiarse gritos.
La Igartiburu continuaba susurrándonos chorradas sobre vidas ajenas.
El canalillo del sur sigue sin contratar verdaderos iluminadores.
Los de Emilio Aragón no dejan de vendernos politonos para adolescentes.
Menos mal que me preparé hace tiempo para eso de la TDT:
Las filiales ponen los programas que no tuvieron éxito en sus primeros canales.
Las nuevas hacen como el Gabilongo pero en otro color.
Las de pago no las pago, pero me cuentan que más de lo mismo, pero peor.
En las de documentales sigue muriendo, una y otra vez, el mismo ñu.
Habrá que probar suerte a otras horas:
Cotilleo.
Cotilleo.
Cotilleo.
Como podéis ver, es una suerte contar con una variada gama de canales.
© Lucky Tovar
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