¿Tan pequeños nos vemos al compararnos con los demás? ¿Tan poca cosa nos consideramos, que subimos a los altares a quienes no son más que semejantes? Si hay algo en lo que siempre estuvimos de acuerdo la Iglesia y yo, es en el rechazo a la idolatría… con la diferencia de que la Iglesia practica lo que rechaza. Tal vez tuve suerte al ser, mis primeros ídolos, personas accesibles a las que veía a diario. Así pude ver con más facilidad, lo frágiles que pueden ser las estatuas de barro.
Tarde o temprano descubrimos que todos los ídolos están hechos de la misma materia que nosotros, pero sus tobillos se vuelven arcilla al estar expuestos a esa falsa gloria llamada popularidad. A las primeras lluvias, el barro se reblandece, quiebran los tobillos y caen los titanes. Los músicos se suicidan, los deportistas arremeten con violencia contra sus compañeros, los actores delinquen. Tal vez sea el peso que, en demasía, ponemos sobre sus hombros, el exceso de responsabilidad… o el desconocimiento de la misma.
Cuando cientos de medios de comunicación están pendientes de la presentación de un futbolista, cuando más de medio mundo anda a la caza de la última voluntad y testamento de un cantante, cuando las revistas más vendidas son las que hablan de las multas de tráfico de un actor… está claro que una de nuestras más acuciantes dolencias es la pobreza de nuestra existencia ¿Tan faltas de interés están nuestras vidas, que tenemos que tenemos que llenarlas con las de personajes a quienes ni siquiera conocemos?
Espero que algún día todo esto cambie, y no sean minoría quienes ven que estamos adorando a gente que atenta contra su propia vida, que abusa de los más débiles, y que patean un balón a cambio de un sueldo que supera el doble de lo que costaría construir una escuela en el tercer mundo… y todo ello por televisión digital y en alta definición. Mientras no crezca esa minoría que aún practica la coherencia, seguirá siendo muy triste pertenecer a eso que llamamos seres racionales.
Tarde o temprano descubrimos que todos los ídolos están hechos de la misma materia que nosotros, pero sus tobillos se vuelven arcilla al estar expuestos a esa falsa gloria llamada popularidad. A las primeras lluvias, el barro se reblandece, quiebran los tobillos y caen los titanes. Los músicos se suicidan, los deportistas arremeten con violencia contra sus compañeros, los actores delinquen. Tal vez sea el peso que, en demasía, ponemos sobre sus hombros, el exceso de responsabilidad… o el desconocimiento de la misma.
Cuando cientos de medios de comunicación están pendientes de la presentación de un futbolista, cuando más de medio mundo anda a la caza de la última voluntad y testamento de un cantante, cuando las revistas más vendidas son las que hablan de las multas de tráfico de un actor… está claro que una de nuestras más acuciantes dolencias es la pobreza de nuestra existencia ¿Tan faltas de interés están nuestras vidas, que tenemos que tenemos que llenarlas con las de personajes a quienes ni siquiera conocemos?
Espero que algún día todo esto cambie, y no sean minoría quienes ven que estamos adorando a gente que atenta contra su propia vida, que abusa de los más débiles, y que patean un balón a cambio de un sueldo que supera el doble de lo que costaría construir una escuela en el tercer mundo… y todo ello por televisión digital y en alta definición. Mientras no crezca esa minoría que aún practica la coherencia, seguirá siendo muy triste pertenecer a eso que llamamos seres racionales.
© Lucky Tovar
1 comentario:
Genial como siempre tu artículo
Estoy segura que hay vidas muchos más plenas ...
vidas donde la superación, el esfuerzo, el sacrificio, entrega . etc... .son la columna vertebral de su existencia ....
Esos Valores, por desgracia no dan rentabilidad informativamente hablando
no se da la importancia que deberían
Me llamó la atención la vida por poner un ejemplo de Francisco Ferrer y la noticia de su muerte pasó casi desapercibida ., poca información, poco espacio en televisión , sobre su obra . Sin embargo seguimos el culebrón , día a día de los de siempre (no voy a decir quienes ,por q es obvio que los conocéis) Se han instalado en nuestros hogares, en forma de noticias , todas esas vidas como ejemplos a seguir . Tener dinero , ser poderoso , ser famoso. cueste lo que cueste....
Siiii , estoy segura que hay vidas muchísimo más plenas pero meten menos ruido
Un abrazo :)
Pilar
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