viernes, 9 de diciembre de 2011

EDU BIGHANDS & WHISKEY TRAIN o la elegancia de no dejar sordo a nadie.

Había ganas de verlos por aquí. Llevábamos mucho tiempo esperando, sobre todo quienes hemos visto a este gran bluesman en escenarios como BluesCazorla, sin más ayuda que su guitarra y su voz o con la compañía inestimable de Antonio Serrano. ¡Qué grande aquel momento! Que corto se nos hizo. La junta directiva de la Casa del Blues de Sevilla lo sabían, y sabían también que muchos esperábamos ver a Edu en plenitud de posibilidades, con esos grandes músicos que completan el cuarteto. Edu Bighands & Whiskey Train acordaron atravesar Despeñaperros para actuar en Café del Cine (Sevilla) y en Sala Habana (Huelva). La cosa se quedó solo en Sevilla, porque el responsable de Sala Habana tuvo a bien suspender, de forma unilateral y con solo dos días de antelación, el concierto en su sala. Es de agradecer que, a pesar de haber hecho el viaje para solo un concierto, Edu y los suyos sí hayan demostrado la coherencia, honradez y profesionalidad como para no romper su palabra.
Una vez hechas las presentaciones y explicaciones al respetable, Edu subió a las tablas como suele hacerlo, sin prisas ni aspavientos, y así empezó a sonar. Sinceramente, he oído pocas bandas que suenen tan a banda, tan compacta y uniforme como si el mismo músico tocara todos los instrumentos a la vez. Al estilo, tan negro como personal, de la voz y las cuerdas de Edu, ya estábamos acostumbrados muchos de los que estábamos allí. Otros, quienes lo veían por primera vez, se sorprendían a sí mismos boquiabiertos de admiración. Canciones de Muddy Waters, Howlin Wolf, Albert King y otros clasicos llenaron el repertorio de la noche. Albert Collin, Otis Rush y a veces Jimmy Rogers, incluso algún que otro chistazo de T-Bone Walker y B.B. King, parecían estar insuflando su influencia sobre las manos de Edu, que lo pasaba todo por el tamiz de su propio sello. Todo un gustazo.



A todo el mundo le maravilló la forma de tocar de Edu, a todos nos encantó su cante, no hubo nadie que no se diera cuenta de los musicazos que forma su banda... Pero el comentario más repetido de la noche fue el volumen. En una ciudad donde los amplificadores parecen tener solo una posición (.10), para el público fue toda una sorpresa salir de allí sin dolor de oídos y habiendo disfrutado de un gran concierto. Todo el mundo lo comentó, sobre todo los veteranos músicos que se dieron cita en Café del Cine, y que también fueron invitados por Edu. Mingo Balaguer, Lolo Ortega y Paco Martínez fueron subiendo y, como era de esperar, siendo respetuosos con las maneras marcadas por Edu.
Todos demostraron saber hacerlo igual de bien, incluso mejor, a la mitad de volumen al que suelen tocar, bien por gusto, bien exigencias grupales o del público. De Mingo, Paco y Lolo ya lo sabíamos. Sin más ánimo del de arrojar algo de cordura, diré que me habría encantado ver a algunos otros afamados músicos sevillanos.
Decía un viejo anuncio de televisión que la potencia sin control no sirve de nada. Si se fabrican coches capaces de alcanzar los doscientos por hora, no es para que los pongamos a doscientos por hora. Edu y los suyos saben que eso también ocurre con los amplificadores. No creo que sea síntoma de purismo -y si lo es me da igual- decir que el exceso de volumen es mejor dejarlo para otros géneros, y que demuestra más quien lo demuestra bajito.

Bien está que el idioma oficial de muchos de nuestros paisanos sea el grito, pero a la hora de subir a un escenario para tocar blues... Ojalá todos los músicos sevillanos hubieran asistido a este concierto con su cuaderno de notas en la mano. Como sé que algunos de ellos -puede que dos- leerán estas líneas, me gustaría, parafraseando al refranero, recordarles que no suena mejor quien suena más fuerte, sino quien menos volumen necesita.

Gracias, Edu Bighands & Whiskey Train, por unir a vuestro buen hacer, coherencia, elegancia, buen gusto y generosidad.

Algunas fotografías más en nuestro facebook: facebook.com/terminal.blues

martes, 6 de diciembre de 2011

ATEOS CONTRA EL CAPITAL, UNÍOS ¡¡¡VIVA LA INCOHERENCIA!!!



Y es que yo siempre me he preguntado qué celebra un ateo en Navidad. Cosas raras que suelo preguntarme a veces.

¡Qué va a celebrar! ¡¡Pues la Navidad!!

No hay nada mejor que unas fechas como esta para perder sin pudor la coherencia, para poner los actos a miles de kilómetros de las palabras, y estas a años luz del pensamiento.

Mirad aténtamente la fotgrafía y no os perdáis detalle. Mirad primero el frontal de la fachada (con perdón por lo de facha-da) y observad que se trata de una sede política. No es de un partido cualquiera (aunque casi), se trata de la sede de Izquierda Unida, ese partido súper laico, súper ateo, comunista y en contra del capitalismo, la globalización y esas cosas.

Ahora que tenemos claro dónde estamos (es de suponer), mirad el cartel del escaparate. De trata de un anuncio claro: "HAY LOTERÍA DE NAVIDAD".

¿Navidad? ¿Lotería? Vaya, me parecen dos claros símbolos, uno religioso y otro capitalista, que no tendrían mayor importancia si no fuera porque se anuncian en el escaparate de esa sede súper laica, súper atea, comunista y anti capitalista.

Habrá quien me diga... "hombre Lucky, que la sede tiene sus gastos y se subsanan con cosas como ésta".

¡Ah, o sea, que utilizáis el sistema! ¡Ese sistema podrido, capitalista e in justo, lo usáis para mantener la sede! Pues mira, me parece muy bien. Bienvenidos al sistema.

Después de mucho pensar (2 minutos, pero muy fuerte), llego a la triste conclusión de que en toda la foto solo encuentro coherencia en el hecho de que una sede de Izquierda Unida tenga escaparate.

martes, 27 de septiembre de 2011

EL FIN DEL MUNDO ESTÁ PRÓXIMO

No se me ocurre otro motivo para justificar lás cosas que están pasando. Y no me refiero a la muerte masiva de aves y pájaros, epidemias de enfermedades que se creían desaparecidas, helicópteros que se caen solos, cambios climáticos, que Belén Esteban siga en televisión...
¡Qué va! Hay señales mucho más claras para pensar que se aproxima el fin de los tiempos.
Por ejmplo, el Papa ha declarado que "está más cerca de Dios un agnóstico que un creyente rutinario".
Para quienes no sepan interpretar este titular, bien porque no estén versados en lo referente al agnosticismo, bien porque no estén versados, me atreveré a ofrecer algunas definiciones que, si bien no cuentan con la garantía de la RAE, tampoco cuentan con la escasa credibilidad de Wikipedia.

Papa: jefe de la Iglesia Católica Apostólica Romana y, por lo tanto, principal mandatario del crsitianismo católico. Si eres buen católico debes estar de acuerdo con él, hacer lo que él dice y no mostrarte disconforme con ninguno de sus dictámines. Cualquier disconformidad con él, te convierte, según la doctrina católica, en un hereje. Igualmente, según el dogma que dicta que "lo que ates en la Tierra, así quedará atado en el Cielo", también Dios debe aceptar cuanto dicte el Papa.
Dios: Creador de todo lo visible e invisible según todas las religiones, cada cual con su propio nombre. Jeohova, Mahoma, Odin, Big Bang...
Agnóstico: Tipo raro al que no le gusta afirmar a pies juntillas la existencia o inexistencia de Dios (se llame como se llame). Unos dicen que esta postura es impía, otros la llaman inconformista, otros dicen que el agnosticismo es una pérdida de tiempo y ellos dicen... "no estoy seguro, pero ya te lo diré cuando lo averigüe.
Creyente rutinario: Dícese de quien cree en Dios pero nunca tuvo el valor de preguntarse por qué cree en Dios, y cuando lo hizo no supo contestarse, y llamó a esto "fe".
Fe: Capacidad de creer en lo que no se ve, como Dios... o la política social del gobierno.

Teniendo todo esto en cuenta, ahora resulta que yo estoy más cerca de Dios que la mayoría de católicos que conozco. Yo, por mucho que busco, no lo veo tan cerca como dice el Papa. Claro que, si lo viera tan cerca, seguramente me llevaría un buen susto; lo que suele llamarse "un susto del copón" (del copón divino, claro). Una vez recuperado, seguro que olvidaría tantas preguntas como se me ocurren a diario, y terminaría limitándome a preguntarle...
"¡Ya te vale, colega, ¿dónde te habías metido?!".

Ahora que lo pienso... los agnósticos no suelen tner ningún tipo de problema a la hora de utilizar condones, practicar sexo sin necesidad de matrimonio y cosas así. Bueno, en eso están tan cerca de Dios como los creyentes rutinarios.

Sinceramente, no me asusta que llegue el fin de nuestra civilización. Solo me apena pensar que el culebrón "Arrayán" vaya a durar más.

viernes, 26 de agosto de 2011

UN FIN DE SEMANA SIN...

Acabo de ver las noticias de la tele y, como no creo que dos vasos de vino hayan sido suficientes para nublar mi entendimiento, supongo que he visto lo que creo haber visto:
Hasta cinco personas, una tras otra (uno tras otros, he de matizar), han pronunciado la misma frase y con el mismo gesto tedioso (para los de la LOGSE, cara de aburrimiento). La frase en cuestión dice... "es que un fin de semana sin fútbol, ufff".

Sé que el entorno es primordial en la formación de la personalidad, pero también sé que es cosa de cada cual coger ese entorno y utilizarlo lo mejor que sepa para crearse esa personalidad y que sea única, intransferible y no heredada. Por eso, a la hora de buscar a quién dar gracias por ser como soy, solo se me ocurre darme gracias a mí mismo:

Me doy gracias porque si no tengo fútbol tengo libros. Porque si no tengo fútbol ni libros tengo cine. Porque si me fallan el fútbol, los libros y el cine tengo un buen café con charla en buena e interesante compañía. O un buen paseo

Me doy las gracias a mí mismo porque, si bien la independencia económica es para mí una leyenda urbana, sí tengo independencia emcional, anímica y cultural. Porque no dependo de lo que me digan que mola o deja de molar. Porque conozco la diferencia entre afición y dependencia, entre hacer algo por gusto y ser esclavo de lo que hacemos.

Me doy las gracias a mí mismo porque soy infinitamente más feliz escrutando el trabajo de alguien que se rebanó el seso durante años para inventar una historia orioginal, que viendo a 24 chavalotes en pantalón corto (¿quién dijo que el fútbol es cosa de hombres?). Y también me agradezco haber sido cada de elegir, teniendo siempre claro que solo debemos heredar los apellidos.

Me doy gracias a mí mismo aún a riesgo de parecer inmodesto, arrogante y narcisista. Al fin y al cabo, ¿quién mejor que uno mismo para agradecerse cosas?
¡Ah! Y si me fallan los libros, la charla, el cine y el paseo... con suerte habrá un buen partido de fútbol en la tele.

Me doy gracias, al fin, por no depender del gusto por una sola cosa. Por no ser esclavo.

¡Ala, ya está! Ahora, un cigarrito y... ¡un momento! ¿Dónde está el tabaco? ¡Mierda, se me terminó el paquete y los estancos no abren hasta el lunes!
¡¡Un fin de semana sin tabaco, ufff!!

jueves, 11 de agosto de 2011

CONSUELO DE TONTOS

Me da igual lo que digan y que me tomen por un cateto. Es verdad que no sé nada de arquitectura pero -¡qué demonios!- igual le pasa a la mayoría de seres humanos. Tampoco sé gran cosa de arqueología, arte clásico, historia... Solo soy un españolito medio.

Siguiendo estas premisas, nos atrevemos a decir:
¿La Torre Eiffel? El andamio más grande del mundo.
¿El Big Ben? Un reloj enorme en una torre muy fea y cuadrada.
¿La Estatua de la Libertad? Puesta donde está puesta, todo un monumento a la hipocresía.
¿Egpto? ¡¡¡Uffff, que calor!!! Las pirámides son montones de piedra que se ven en dos minutos. ¿Y después qué? ¿A ver cocodrilos?
¿Grecia? ¡Si claro, con la que está callendo!
¿Canadá? Mitad aburrimiento francés, mitad egolatría británica.
¿Australia? Allí, para ver al vecino, tienen que ir en avioneta.
¿Iberoamérica? O te portas bien, haces caso a los del hotel y te quedas encerradito, con lo cual no ves nada; o vas por tu cuenta y, con un poco de suerte, no le pedirán mucho rescate a tu familia.
¿Europa del Este? Está vacía. Están todos aquí.
¿Oriente? ¿Asia? Lo puedes ver por Google Maps sin sufrir indigestiones.

¿Veis como no es tan malo eso de no poderse permitir vacaciones fuera de España?
¡¡Puta envidia!!


(c) Lucky Tovar

jueves, 16 de junio de 2011

DE LOS INDIGNADOS Y DE LOS DIGNOS

Según los analistas políticos, los periodistas y demás gente de esa que sabe, solo caben dos opciones en cuanto a los autores de los disturbios del Parlamento Catalán: que fueran los del 15-M o que no fueran. Si fueron ellos, mal paso para demostrar su aclamado carácter pacífico; si no fueron ellos, será verdad que siempre hay desalmados que se infiltran. Lo que nadie quiere preguntarse, al menos en los medios, por aquello de que no vende, es si de verdad importa.

A mi humilde parecer, de lo que sí podemos estar seguros es de los hechos. Un grupo de personas, bastante numeroso, por cierto, se autoproclamaron abanderados de la presunta indignación popular para liarla parda. Y aquí viene la primera gran pregunta; una de las que sí debemos hacernos: ¿quién les ha elegido? Violentos o no, nadie ha legitimado a estos agresores para que ellos vayan diciendo hablar en nombre de no sé qué democracia real. Carecen de portavoces o representantes de cualquier tipo.

La cosa ya no se quedó en sentadas no violentas, ni en acampadas, ni siquiera en insultos. Arrojaron pintura y bolsas de basura, entre otras lindezas, a quienes intentaban acceder al Parlamento Catalán para ejercer su derecho a ser votados. Hablamos de agresión física, pura y dura, vulnerando los derechos y la integridad física de unas personas elegidas en las urnas. Y esto nos lleva a la segunda gran pregunta: ¿de verdad se creen demócratas reales?

Claro que, también cabe la posibilidad de que, como defienden los del 15-M, se tratara de infiltrados ajenos al movimiento. A mí, de entrada, lo de “movimiento”, ya me pone nervioso, pero vamos a lo que vamos. La posibilidad de que unos cuantos puedan adulterar lo que empezó como una propuesta pacífica, convirtiéndola en batalla campal, demuestra lo utópico de ciertas ideas que pueden estar muy bien para echar el rato en una plaza, pero resulta, cuando menos, muy poco realista.

Estas cosas siempre van a pasar. Viene pasando desde épocas tiempos bíblicos, sigue pasando y pasará siempre. Por muy pacifista que sea el nacimiento de una idea, siempre habrá quien prefiera defenderla a punto de espada, o de pintura y bolsa de basura. Todo Jesús tiene su Barrabás. ¿Por qué? Es triste tener que afirmarlo y más aún asumirlo, pero está en la naturaleza del ser humano. Así, aún arreglando todos los problemas del mundo, siempre surgirán problemas nuevos, y algún desalmado que prefiera la violencia al diálogo.

Toda idea, hasta la más extravagante, es siempre defendible por medio de la palabra, incluso antes de discernir la parte de razón que pueda tener. Pero, cuando quienes hablan son la violencia y la agresión, la mejor de las ideas pierde toda razón posible. La intimidación física es un delito tipificado en el código penal. El insulto es el recurso de quienes no tienen argumentos. El “todo vale” para imponer unas ideas sobre otras, es la excusa de los fanáticos.


Hagamos, por un momento, de indignados del 15-M. Imaginemos un mundo donde los bancos son puestos a raya, ningún político se corrompe, las empresas no despiden a nadie… ¡Vamos, un mundo maravilloso! ¿De verdad hay quien crea que no habría desfavorecidos? ¿No tendrían, según los del 15-M, el mismo derecho que ellos a mostrar su indignación? ¿No se repetiría la historia una y otra vez? De hecho, ha pasado miles de veces: la Revolución Francesa no fue más que la habilidad de la burguesía para servirse del proletariado, derrocar a la nobleza y ocupar ellos su lugar.

Todo esto nos lleva a concluir que el sistema establecido, si bien no es el mejor, es el menos malo conocido. Que sepamos, es el más próximo al punto perfecto de equilibrio entre un mundo maravilloso y la condición humana. Una vez más nos damos cuenta de que el pueblo, si bien es soberano, está muy lejos de ser docto, y quienes se creen doctos, más que los elegidos democráticamente, carecen de la más esencial coherencia.

¿Democracia real? De acuerdo. Sean ustedes demócratas y respeten lo que la mayoría ha querido. Una mayoría que, en muchos casos, como el de la localidad donde vivo, Tomares (Sevilla), ha batido records de participación. Aquí, la toma de posesión de cargos en el Ayuntamiento, fue bastante más tranquila. Hubo indignados, sí, pero también ahí habló la mayoría: una sala de plenos abarrotada y unas cien personas más esperando en el patio, frente a los veinte indignados (poco más o menos), que se manifestaron, en la Plaza del Ayuntamiento, contra el deso mayoritario.

Con el título de este artículo, no he pretendido, ni mucho menos, llamar indignos a los indignados. No creo en la falta de dignidad a estos niveles. Solo trato de reflejar que, frente a una minoría, que solo parece indignarse cuando los resultados electorales se decantan en su contra, hay personas que, muy dignamente, han preferido seguir creyendo, más que nunca, en que nuestra voz más legítima, la más fuerte y determinante, la que de verdad puede cambiar las cosas, no está en una tienda de campaña, sino en las urnas.


© Lucky Tovar

miércoles, 27 de abril de 2011

LÁGRIMAS EN LA LLUVIA

Una de las máximas expresiones artísticas sevillanas se ha visto, este año, truncada por la lluvia. Todo el trabajo de los cofrades se ha quedado en los templos. Muy pocas procesiones han podido lucir sus galas, mostrar su esplendor y llenar las calles con la ostentación de sus titulares. Fuera, los fieles lloraban. ¡Cuanta vanidad!

En los campos, los agricultores miraban agradecidos a un cielo que premiaba el verdadero trabajo, ese del que sí dependemos todos. Cuando los cultivos empezaban a acusar un calor a destiempo, poniendo en peligro la productividad, llovió el tiempo que tenía que llover. En la “muy leal, invicta y mariana”, los fieles lloraban. ¡Cuanta irresponsabilidad!

Los camareros trabajaban a destajo, poniendo en marcha lo que debe ponerse en marcha: nuestra economía. La de pequeños y medianos empresarios que han visto sus locales llenos. Quienes, devotamente, hacer su particular estación de penitencia de bar en bar, han vuelto a hacerlo, pero antes y durante más tiempo, ayudando a los emprendedores y sus empleados. Entre beatos tragos, los fieles lloraban. ¡Cuanta farsa!

Resulta curioso echar la vista a un tiempo en que los santos se sacaban a la calle para pedir la siempre necesaria lluvia. Ahora, cuando no hay que pedir esa agua, la gente llora. Por no hablar de las connotaciones religiosas que, presuntamente, tiene la Semana Santa. Es de suponer que el devoto cofrade es creyente, y que todo creyente está convencido de la omnipotencia del creador. Si es así, deberían tener claro que si llueve, será porque Dios quiere.

No me malinterpretéis. Si las procesiones pueden salir a la calle, pues mejor. Pero si el temporal no lo permite, porque cae el agua que sí necesitamos, llorar resulta extravagante e infantil. Por suerte, como dijo el replicante aquel, son lágrimas en la lluvia. Con esa facilidad se perderán, y pasadas las celebraciones, al cuarto día de haber sido crucificada, resucitará la oferta cultural para todos, y no para unos cuantos…. Al menos hasta feria.

Por cierto, durante el día del libro, en Barcelona, no llovió. Se ve que a Dios le van más otro tipo de manifestaciones culturales.


© Lucky Tovar

jueves, 17 de febrero de 2011

SINDE-CENCIA. la nueva ley de patada en la puerta

Alex dice: “Internet no es el futuro, sino el presente. Internet es la salvación del cine español”.
Dicho así, después de unos días, suena aún mejor. El cineasta más preclaro de nuestro país, y muchos otros que le siguen, se han dado cuenta. Los ciudadanos se han dado cuenta. La prensa se ha dado cuenta. La única que parece no enterarse, es la Sinde. O eso, o sí que se entera y le da igual, lo cual es mucho más grabe. Por eso me he permitido escribirle esta carta abierta, no para intentar que se entere, sino para dejarle claro que el resto del mundo sí que se está enterando.

¿De verdad cree usted, señora Ministra, que les está haciendo un favor a los autores españoles? ¿Cree que con su ley asegura más ingresos al cine de nuestro país? Eso no es verdad ni en el peor de sus antiguos guiones. El cine de un país con la política de subvenciones de España, la más espléndida del mundo, no necesita sus dudosos favores. Lo que necesita nuestro cine es ser visto, tener espectadores, que la gente se acostumbre a ver cine español. Cuando el personal deje de contar con el intercambio cultural en Internet… ¿cree que irá a las salas de proyección a ver cine hecho aquí? La gente seguirá yendo a ver cine americano. Lo único que su ley va a conseguir es que nuestro cine, además de no ganar en taquilla, pierda en espectadores.

No creo que sea usted, señora Ministra, tan ingenua como para creer en sus propias palabras, faltas de criterio y credibilidad. Así que, si lo suyo no es ingenuidad, solo quedan dos opciones:
Puede que no alcance usted un nivel mínimo de aptitud, pero concediéndole el beneficio de la duda, desestimaré esa opción, por aquello de que ha llegado usted a Ministra. La otra posibilidad, por la que me inclino más, es que es usted una de esas cazadoras de notoriedad que tanto abundan en su selecto grupo de neo-burgueses. Seguramente, ya en su etapa de guionista anhelaba usted la reputación del productor, la celebridad del director o la fama del actor principal. Ahora, en el Ministerio de Cultura, ambiciona las portadas de prensa de su jefe.

Bien… hablemos de notoriedad:
Se va a dar usted a conocer, señora Ministra, por promover una de las leyes más retrógradas, restrictivas, anacrónicas e inútiles que pueda dictar un Gobierno que se dice progresista. Está usted defendiendo una serie de medidas que harán que los gerifaltes de la cultura se sigan llenando los bolsillos por trabajar una vez cada tres o cuatro años… como mucho; todo ello desde un Gobierno que se dice de izquierdas. Con suerte, será usted recordada igual que lo fue, por un corto lapso de tiempo, un tal Corcuera. Con la diferencia de que Internet no tiene puertas que tirar de una patada. ¿De verdad cree usted, señora Ministra, que va a parar el intercambio de cultura en la red?

Regrese usted al siglo XXI, a ver si así se da cuenta de que nada es lo que era, de que todo está cambiando, de que los conceptos ahora son otros. En este nuevo mundo, quien quiera ganar pasta va a tener que currar: dar conciertos, ofrecer productos que arrastren a la gente al cine, al teatro, a las galerías… Currar, señora Ministra. En definitiva, lo que hace cualquier mortal que quiera ganarse la vida honradamente. Dígales usted a sus amigos de las grandes compañías multinacionales, que ser pobre no consiste en tener solo un coche y una casa, y de paso, dígaselo usted a sí misma.

Lo que está pasando con usted, señora Ministra, es que ya ha olvidado su época contestataria y rebelde que seguro que tuvo un día. Lo ha cambiado todo por un trocito de popularidad que será más efímera de lo que piensa, pues… ¿sabe usted?, haga lo que haga, señora Ministra, en este momento, más del 70% de españoles sigue sin saber quién demonios es usted, pero ese mismo 70%, conoce al menos cinco webs de intercambio de cultura.

PD: Esta carta la publicaré en un blog de Internet, gratuito y de acceso libre. Como autor, estoy seguro de que esa es la mejor manera de llegar a los demás.

© Lucky Tovar

martes, 1 de febrero de 2011

EL JUEGO DE LOS SINÓNIMOS

EL JUEGO DE LOS SINÓNIMOS

¿Alguna vez habéis jugado a encadenar sinónimos? Si utilizas el programa Word de Microsoft, puedes llegar a conclusiones, cuando menos, curiosas. Y algunas veces, bastante esclarecedoras. Por ejemplo, si escribes “náusea”, y buscas sinónimos, encontrarás “repulsión”. Un sinónimo de “repulsión” es “abominación”, y de ésta, “maldición” y “anatema”.

Lo creáis o no, “anatema” es sinónimo de “inventiva”, “talento”, “idoneidad”, “habilidad”. De “habilidad” es sinónimo “arte”, de “arte” lo es “industria”, “producción”. Un sinónimo de “producción” es “fundación”, de ésta “patronato”, y de ésta “auspicio”. “Auspicio” es sinónimo de “profecía” y de “presagio”. “Presagio” es igual que “anuncio”, “proclama”, “edicto”.

Y casi llegamos al final. “Edicto” es sinónimo de “reglamento” o “normativa”. De “normativa”, “norma”, y de “norma”, “normal”. Y empezamos con “náusea”, con lo que se demuestra que lo normal da asco. Por otra parte, “normal” también es sinónimo de “uniforme”, y “uniforme” es sinónimo de “igual” ¿Es así como te gustaría ser? ¿Igual que el resto? Es una opción, pero a mí me resulta, otra vez, nauseabunda. ¿Esto te parece normal?

Probemos con otra palabra. Hoy se lleva mucho eso del individualismo. Un televisor para cada uno, programaciones a la carta, educación específica… Todo muy individual. Pero la palabra “individual”, es sinónima de “distintivo”. “Distintivo” es sinónimo de “típico”, y aquí empieza la diversión. “Típico” es sinónimo de “característico”, y “característico” lo es de “privativo”.

De “privativo” llegamos a “exclusivo”, de ahí a “representativo”, y de ésta a “específico”. “Específico” es sinónimo de “delimitado”, “limitado”, “restrictivo”. De “restrictivo”, “restringido”, “coartado”, “tasado”. “Tasado” es sinónimo de “aquilatado”, y ésta, de “alambicado”, o sea, metido en un alambique, que es sinónimo de “recipiente”. Está claro que tanto individualismo terminará con todos nosotros metidos en botes. Todos controlados, inspeccionados, vigilados.

El mal uso reiterado de nuestro idioma, hace que despreciemos algunas palabras, utilizándolas en tono despectivo a pesar de que encierran conceptos muy positivos. Así, por ejemplo, “raro” es sinónimo de “fantástico”, “genial”, “original”, “interesante”, “especial”. Pero, cuidado. “Especial” también es sinónimo de “privativo”, y ya hemos visto antes que lo “privativo” también es “restrictivo”.

Está claro que todo esto es un juego condicionado, que por cierto, es sinónimo de “reducido”. Un juego, sí, pero a estas alturas, no me cabe ninguna duda de que lo normal puede ser tan aburrido que termine en la náusea, que el individualismo nos lleva a ser más fácilmente controlados; y que lo raro es, cuando menos, diferente, que por cierto, es sinónimo de “incomparable”, “inmenso” y “colosal”.

Si queréis, otro día lo intentamos con los antónimos.

© Lucky Tovar