viernes, 17 de diciembre de 2010

ADIOS, MAESTRO EDWARS

Blake Edwar:
Desayuno con diamantes, La Pantera Rosa, 10 La mujer perfecta, El Guateque, Una cana al aire…

Nos ha dejado un genio del cine. Escritor, guionista, productor, director… Pero sobre todo, maestro de maestros, que influyó de tal manera, que seguimos viendo su mano en muchos cineastas actuales.

Se nos ha ido uno de los grandes. Capaz de hacer reír con tal sencillez, que ha nadie se le ocurría antes que a él, pero capaz también de hacernos sentir y pensar al mismo tiempo. Capaz de crear un gag con un zapato que se cae al agua, rematarlo y volverlo a rematar… “pero sabiendo ver donde empieza la exageración”, como él mismo decía.

Se ha muerto un creador, que supo contar historias tórridas de manera que fuesen para todos los públicos, y elevar lo más inocente al nivel de la irreverencia. Capaz de homenajear al cine mudo, al mismo tiempo que le daba el protagonismo a unas notas musicales.

En una ocasión, cuando un periodista le preguntó “qué es un gag”, se quedó unos segundos en silencio, y después, mirando seriamente al periodista, le contestó… “¿Usted es tonto?”. A las risas del periodista, Edwar le aclaró… “¿Ves? Esto ha sido un gag”.

Blake Edwar nos regaló momentos inolvidables. Unos llenos de humor, otros impregnados de esa sensualidad sugerente que no todos se atrevían a incluir en sus películas. Hizo muchas cosas, todas las hizo bien, y ayer se nos fue. Ya sé que va a sonar a tópico pero, quienes amamos el cine nos quedamos un poco huérfanos.

Nos quedan sus películas, su recuerdo, y la seguridad de que, si no existe un más allá, alguien tendría que inventarlo para él. Eso sí: ojalá le permitan, al maestro, diseñar este más allá. Seguro que así es mucho más divertido.

© Lucky Tovar