lunes, 31 de agosto de 2009

LA QUIMERA DE LA PAZ

No es que no la deseemos, pero ese pequeño sacrificio que supondría alcanzarla, es demasiado grande para los grandes. No somos, la gente de a pie, tan diferentes a los altos y avariciosos mandatarios que gobiernan en el planeta; solo es cuestión de niveles. En las capas más bajas, miramos el trozo de pan que nos dan, lo medimos con los trozos de nuestros semejantes, queremos que el nuestro sea más grande que el del vecino, creemos que lo necesitamos. En las capas intermedias, nuestro coche, nuestra casa, nuestras vacaciones. Tal vez el problema esté en el concepto de propiedad, en la palabra “nuestro”, que nos impide ver que, a fin de cuentas, no tenemos nada nuestro, solo nuestros actos… nada menos.

Tal como somos, tal como es el mundo que hemos fabricado a nuestro alrededor, solo se me ocurren dos maneras de alcanzar la quimera: puede llegar el milagro que nos haga cambiar y hacernos ver de una vez, o podemos seguir hasta la autodestrucción, esperando que la siguiente civilización tenga la oportunidad de evolucionar en otra dirección. No creo en los milagros del hombre y, si hay Dios, no creo que nos vea merecedores. En cuanto a la segunda opción, si esa hipotética nueva generación tiene el más pequeño ápice de parecido con nosotros, terminarán volviendo a inventar la maza, para defender su charca, y después empezarán a codiciar la charca del semejante. Estará en su naturaleza. Tal vez sea un punto de vista muy pesimista pero, cada vez con más fuerza, pienso que un pesimista no es más que un optimista con la lección aprendida.

La fábula del escorpión que pica a la rana a pesar de que esta le ayuda a cruzar el río, no es más que un retrato de la condición humana: está en nuestra naturaleza. Dice la mitología que Dios nos creó con alma, al contrario de los incorruptibles ángeles. Supongo que la corrupción fue el precio que tenemos que pagar a cambio de la capacidad para evolucionar. Me da igual si fue un dios, la conjunción de los elementos necesarios en una ciénaga, los experimentos de una avanzada civilización extraterrestre… ¿Qué más da? El planeta estaría mejor en manos de los animales: ellos son los ángeles de la mitología: sin alma para evolucionar, ni para corromperse.


@ Lucky Tovar

sábado, 15 de agosto de 2009

CONSPIRANOIA

El ser humano no es paranoico por naturaleza, la paranoia es una anomalía de la personalidad, fruto de los peores de nuestros miedos: los que nos inventamos para rellenar huecos dejados por otros miedos, estos reales, que rara vez llegamos a descubrir. Alguien se aburre, se asoma a la ventana y ve, al otro lado de la calle, a otro aburrido que también mira por su ventana; ambos se observan, se encuentran sus miradas y… Muchas cosas pueden surgir de un encuentro fortuito como este, pero lo que ocurre en la mente del paranoico es, cuando menos, peculiar, y potencialmente peligroso:
-Ahí está ese tipo que nunca saluda cuando se cruza con alguien ¿Qué esconderá? Ahí está, escondiéndose tras su persiana, se cree que no le veo. A saber lo que está pensando… un momento… ¿Está mirando mi césped? ¿A ver si al final he dado con el que ha estado pisando mi césped con las ruedas de su coche? Debería denunciarle, aunque se que no servirá de nada, la policía no hace caso de esas cosas; en estos casos lo único que funciona es actuar uno mismo ¡Ojo por ojo! ¡Ya veremos si sigue sonriendo tras su persiana cuando encuentre pinchadas las cuatro ruedas de su todo terreno!-

La conexión que este individuo hace entre “no me saluda” y “pisa mi césped con su coche” responde a la típica paranoia resultante de la envidia, que no es más que la reacción a un miedo: teme estar por debajo de su vecino en cuanto a status social, teme a la impunidad de la que supuestamente disfrutan quienes tienen más poder… en el fondo no es más que envidia, ambición mal canalizada. Es la historia de nuestra historia, parte de nuestra condición humana, de nuestra mala orientación a la hora de gestionar nuestras vivencias, experiencias y asunción del entorno. Así, alguien a quien solo le guste comer verdura, podría llegar a adquirir animadversión hacia quienes comen carne; un obsesionado con la religión tachará de indeseables a quienes no compartan su credo.

Desde la gran eclosión de Internet a nivel usuario mundial, muchos colectivos minoritarios, en algunos casos casi sectarios, se han visto absurdamente amenazados por supuestas conspiraciones basadas en paranoias: conspiranoias. Estas conspiranoias tienen, como único fundamento, el hecho de que las empresas con negocios en la red utilizan técnicas de marketing que ya usaban antes de Internet, pero que los conspiranoicos parecen haber descubierto ahora. Hace poco, y como muestra de lo que cuento, me llegó este video por e-mail:

http://www.youtube.com/watch?v=xzTgIdNW6lg


En mi vida había visto semejante cantidad de chorradas juntas. Es un video que claramente trata de manipular la percepción mediante imágenes que pretenden ilustrar a las palabras de la voz en off. Lo del tipo que, según dice el video, quiere destruir el mundo real... eso es que ya suena a película Manga: ¡¡El malvado Dr. Facebook quiere acabar con los humanos y re habitar la Tierra con sus humanoides conectados a Matrix!! Tan absurdo e inverosímil que sería un chiste si no fuera porque mucha gente se lo está creyendo, activando el peligro que conlleva este tipo de paranoia.

Es verdad que Facebook tiene mucha información, y que puede venderla o compartirla con sus empresas filiales, pero eso pasa también cuando alguien participa en uno de esos concursos en los que tienen que enviar códigos de barras del producto en cuestión, para entrar en el sorteo de “cientos de regalos” ¿Creéis que el objetivo es solo usar los premios para vender más? Este tipo de concursos también se utilizan para recabar información sobre nuestros gustos. Se ha hecho siempre, y me parece de lo más normal y lícito. Muchísimas personas (yo incluido) nos hartamos de reunir 50 papelitos de los que venían en los paquetes de Philip Morris para enviarlos y que nos regalaran una mochila, además de participar en el susodicho sorteo de un viaje. Pues bien, Philip Morris es la más importante fabricante de tabaco del mundo, pero además, también es la empresa que más acciones posee de... (Redoble de tambores) ¡¡NUTREXPA!! A su vez, Nutrexpa es prácticamente dueña de Coca-cola y Nike. A eso se le llama globalización... y es tan imparable que incluso quienes más se oponían a ella, buscan ahora la manera de que sea, al menos, soportable.

El video está claramente creado por uno de esos grupos conspiranoicos, seguramente ratones de Internet que se sienten amenazados cuando, en su mundo súper individualista, alguien crea algo parecido a un grupo social. O a lo mejor son de esos que se manifiestan contra la globalización y después compran y se divierten en MegaOcio o cualquier otro centro comercial. Por cierto, MegaOcio, como todas las grandes superficies, pertenece a grandes empresas que cuentan con cientos de cool hunters (cazadores de tendencias), trabajando en todos sus centros. Dichos "Cazadores de tendencias" se dedican, básicamente, a observarnos y buscar ademanes, gestos, gustos, formas de vestir, comer, beber y hasta reaccionar, susceptibles de convertirse en tendencia. Toda esa información se la pasan a sus jefes, que la venden a las grandes multinacionales.

¿Dejaréis de ir de compras a estas grandes superficies? Bueno, puedes tomar esa digna decisión, siempre he dicho que es mejor para nuestra economía comprar en nuestras pequeñas tiendas de toda la vida. Pero eso no te librará de que tu información llegue a las manos que menos sospechas: Entregas tus datos personales para abrir una cuenta bancaria, los bancos son empresas privadas, la mayoría de ellos cuentan ya con empresas filiales dedicadas a todo tipo de productos y servicios y tus datos serán utilizados por estas empresas ¿Dejaréis de utilizar entidades bancarias? Vale, aún quedan el DNI, la tarjeta sanitaria, la de demanda de empleo, registro civil… Lo que hace Facebook es lo que siempre se ha hecho, y se seguirá haciendo. Podemos escapar de todo ello pero, a parte de que me parece una tontería, no creo que quepamos todos en la selva, y si cabemos, seguro que no tardamos en establecer un medio de comunicarnos por el cual tengamos acceso a la información de todos los que formemos esa nueva y utópica sociedad.

¿Crees más en lo que afirma el video que en lo que acabas de leer? Lógico, lo que sale en pantalla de video debe ser verdad… ¿no es así?


© Lucky Tovar

sábado, 1 de agosto de 2009

QUERIDAS PALABRAS… OS ODIO, MALDITAS

Queridas palabras:

No sabéis como he llegado a veces a odiaros. Por esquivas, escurridizas y soslayas, porque os encanta jugar al escondite para terminar apareciendo a mis espaldas justo cuando ya me daba por vencido. Porque me habéis mal acostumbrado a estar cuando os necesito, ha veces os odio cuando no os apetece estar. Por haber dicho sí a mi promesa de amor eterno y eludir después mis caricias, con felino desdén, al poco de ver como alargo la mano para tocaros.

Yo que tan bien os he tratado siempre que he podido, y cuando no me ha sido posible, he preferido no acercarme a vosotras, no sea que os estropee. Después de tantas horas dedicadas solo a vosotras, llegando a adoraros como a diosas antiguas. Tras desvelos trasnochados, pasión desenfrenada, casi veneración, rechazáis mi devoto tratamiento, me dejáis para mi desconsuelo y sin siquiera la promesa de volver. Cuan malvada vuestra desidia para conmigo.

Si al menos oyera un reproche, alguna queja, algo que superar, un defecto que pulir, cabría en mí la esperanza de volver a conquistaros. Si me llegara de vosotras, malditas palabras, un motivo, algún lamento, incluso un sermón de esos de púlpito y sotana, sabría por lo menos a qué atenerme. Sin pistas, sin premisas, sin la más mínima reseña, ni siquiera me dais opción a superarme y volver a ganar vuestro favor ¿Cómo puedo saber si soy digno de vosotras, si no os dignáis ni a escucharme?

Incluso os burláis de mi esgrimiendo excusas tontas: que si perdí la inspiración, que si atravieso una sequía, que si baches de creatividad… Chorradas en las que solo se escudan quienes nunca os han amado como yo. Aparecéis burlonas, fugaces, leves, como por el rabillo del ojo, pero por muy rápido que me giro, os pierdo. Lo hacéis a posta, porque sabéis como os quiero, por eso os odio, malditas palabras: porque sabéis como mantenerme en vilo, y lo hacéis.

Por cierto, palabras, gracias por haber vuelto hoy… aunque sea en vuestro modo más truculento y patibulario.


© Lucky Tovar